Hoy ha sido un día bonito, desde el principio hasta el fin. Con más risas que riñas, con más relax que prisas y una pequeña suma de momentos sencillos pero perfectos. No quiero olvidar el habla de mis niños resabiados (“ eso a mí me parece bien, mamá”), el cariño de abuelos y nietos, la aventura del camino simple. Quiero correr de nuevo tras ellos, dejarme pillar entre cosquillas.
Porque nunca sabes cuánto dura la vida, la tuya, la de tu pareja o la de tus hijos. Porque perderemos también a nuestros padres y la vida nunca será igual. Porque aunque el amor no se pierde a veces echas en falta a los que no están. Por eso espero aprender a buscar ese tiempo, para vivirlo y escribirlo, o pintarlo o fotografiarlo, pues aunque ya no sea ese momento pueda al menos revivirlo. Y guardar algún día perfecto para cuando lleguen los que no lo sean.
A todos los que me acompañan en el camino, os quiero
Mamá Ewok