INTERPRETACIÓN DE UNA CHARLA CARLOS GONZÁLEZ ,
POR UNA MADRE DESBORDADA. PARTE 1
Martes, 17h de la tarde. Después de un fin de semana sola con las fieras, he reclamado mi día libre. Y como un cautivo con Síndrome de Estocolomo, sólo se me ocurre gastar mi excepcional tarde libre acudiendo a una charla de maternidad. Autoridad y límites: un título prometedor, así que allí llegue corriendo como siempre (¿a alguien le suena esta sensación?) y me senté libreta en mano en busca de la fórmula milagrosa.
He de reconocer que aunque había oído hablar de Carlos González tenía una idea un poco vaga sobre su orientación pedagógica; sabía que no hablaría sobre disciplina férrea y autoritaria, pero tampoco me esperaba del todo el mensaje de la charla. En las próximas líneas intentaré hacer un buen resumen, voluntariamente sesgado por mi propia interpretación (recomiendo fervientemente consultar la fuente original, o sea, charlas on line de Carlos Gonzalez). Sé que la mayoría valoráis vuestro tiempo, así que para los impacientes aquí va el spoiler: los niños son niños, y tienen derecho a serlo, pero tampoco debemos olvidar que son personas, aunque sea en versión mini. Sé que parece una verdad obvia pero, al menos en mi caso, más de una vez me encuentro desbordada y chillando.
Para los que os animáis continuar leyendo a esta madre semidesesperada, aquí vamos con los pormenores. A pesar del mensaje fundamental de la charla, que paradójicamente parece ser el contrario que el anunciado, el objetivo no es evitar poner limites. Los limites muchas veces son indeseados pero todos los tenemos ( ¿ quién no ha soñado jugar como Messi? yo francamente no, pero no me importaría tener tanto dinero como él) . Los niños además tienen limites físicos propios de la edad, que irán desapareciendo, y también de su maduración; es quizás en estos en los que si que es importante delimitarlos para ayudarles o protegerles.
Ahora vamos a hacer un pequeño experimento, volver al pasado. En nuestra infancia ya se buscaba que fueras un niño “bueno”: obedece a tus padres, no te saltes las normas. Yo reconozco que me alegro que esa fase haya pasado, pero a pesar de que vivimos en un mundo que ofrece más posibilidades que nunca, la sociedad paradójicamente continua encajonando la infancia en un patrón de “normalidad”: un comportamiento ejemplar y una educación determinada, sin rebelarse, sin plantear problemas. Y todo aquel que sale de esa normalidad, que desafía los límites, debe ser etiquetado y en muchas veces corregido. Esa es la manera de educar que hemos conocido, porque nadie te enseña a educar salvo tus padres, que también eran nuevos en la materia. Pero muy en el fondo, todos sentimos un poco de admiración por aquel que rompe las normas. Así que ¿porque no admitimos un poco de rebeldía en nuestro hijo?
En este punto de la charla, me dije, bueno, al menos si es por criar hijos rebeldes voy por buen camino, porque tengo al menos 2 de tres. Aunque no me terminaba de convencer. Menos mal que luego fue quedando algo más claro. Es importante ser capaz de decidir cuál es la batalla que realmente quieres luchar: igual que el dinero se puede malgastar y desaparecer cuando realmente lo necesitas, la autoridad debe usarse con prudencia. Debemos ser capaces de transigir pequeñas travesuras o salidas de norma, para guardar la autoridad real ante situaciones que pueden implicar por ejemplo un peligro para el niño. Esto no significa ser permisivos o no establecer normas de convivencia, sino no reaccionar desproporcionadamente. Me puse a recordar mi semana, con saltos en la cama, juguetes sin recoger, pantalones rotos….y las riñas ya superada la paciencia. Y empecé a considerar que en el fondo muchas de esas cosas no son tan importantes, al menos para hacer una batalla de ellas.
Hasta aquí la primera parte de la charla. Puede que como a mí os resulte de ayuda, o quizás penséis que son todo obviedades. A veces merece la pena que alguien desde fuera te recuerde que es lo importante. Y si queréis seguir leyendo sobre cómo lograr esa autoridad, os animo a acompañarnos en el próximo post.
Que la fuerza os acompañe,
Mama Ewok y los 3 padawan.